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Mostrando entradas de septiembre, 2020
Lo mejor de estar contigo es que cuando te miro a los ojos siento que mi alma está completa, que la vida ha tomado el camino correcto. Cuando te miro a los ojos siento que todo lo puedo, que los miedos se pierden, que el mundo es pequeño. Cuando te miro a los ojos siento que vivo en un sueño, que nuestro futuro comenzó con el primer beso. Lo mejor de estar contigo es que cuando nos miramos a los ojos el amor se hace presente
Tengo una pijama que te espera,  una almohada que aún guarda tu aroma, mil recetas para prepararte  y una botella del vino tinto que trajiste la última vez. Tengo recuerdos rotos  y un mar de historias para navegar a tu lado, Tengo en mis manos las caricias que te hacen falta y en mi boca esos besos que te gustan. Tengo un borrador de pasados y un futuro que quiero enseñarte, Tengo tu nombre en mi cabeza y en mi voz un te amo atado a él. Tengo la certeza de mi amor por ti  y la esperanza del tuyo
No merezco las sombras, ni que cambies mi nombre No sirvo para temerle al pasado,  al mío ni al tuyo. No nací para ser silencio, ni beso clandestino, ya he probado ese veneno y sobreviví, pese a ello (o gracias a ello) sé que no quiero ser un secreto.

Simiente

Sentí sus pasos resonar por el corredor que llevaba a mi oficina e imaginé una mujer grande, sin embargo, cuando sus pasos se detuvieron enfrente mío encontré una mujer de ciento sesenta centímetros de estatura, con una belleza imponente a pesar de su mirada triste. Vestía una blusa blanca con delgadas líneas de un color azul pálido, que delineaba perfectamente sus curvas y en su cintura dejaba entrever la piel bronceada de un abdomen apenas marcado por el ejercicio. Su apariencia distaba mucho de su personalidad tímida, apenas pronuncio palabra solicitándome un papeleo que urgía ser enviado a Bogotá y yo se lo entregué sin dejar de mirarla.  Días después tuvimos la oportunidad de hablar, conversamos primero cosas del trabajo y luego la conversación fluyo hacia asuntos personales, igual que yo, ella acababa de escapar de un matrimonio que solo daba dolores de cabeza. Quince días atrás había firmado mi divorcio en una mañana que me pareció por demás fría a pesar de la época del año y el