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Descubrí que la felicidad era soñar a tu lado luego de mirarte a los ojos, la felicidad era despertar impregnado de tu aroma y darte el primer beso en la mañana. Descubrí también que la felicidad se escapa fácilmente y queda el vacío, ese vacío que es la muerte y palpita ahora en mi pecho
Esa inevitable rabia, esa desazón de no saber que estás pensando, esos interminables segundos cuando se pierde tu mirada en el infinito y tu rostro no tiene expresión alguna, esas palabras que pasan a través tuyo y no te tocan, esa respuesta que no llega y duele como la muerte misma... ¿Y que hago? sí te amo como un loco y ahora, no se en dónde estoy, no se a dónde van mis pasos, pues iban con los tuyos
Yaces a mi lado, Tan lejana, Escondida en ese habitual, frío y asexuado no. Mientras se desvanecen en mi mente los últimos recuerdos de tu desnudez distante y se diluye tu aroma en el calor de tu cuerpo esquivo. De alguna forma la víctima sos vos, de alguna forma la culpa recae sobre mis manos, mis dedos y mi sangre que hierve aún con tu recuerdo
Porque eres la muerte misma, en tus manos se extinguió mi sueño y tus labios se llevaron mi último suspiro, mi último aliento...
Y tu cuerpo se presenta como diluido en el agua, tan lejano como el profundo océano, tan ajeno como tus sueños y tu pensamiento... ¿Y tu corazón en donde esta? ¿En qué paisaje se encuentra? ¿A quién sienten sus latidos?
Y entonces... Me abrazaste por el cuello y al darme un profundo beso exhalaste  un te amo tenue, afirmado con una sonrisa que endulzó mi alma y dio nueva vida a este corazón maldito. 
Cierro los ojos y recuerdo tu pelo, la brisa del mar lo enreda , tu sonrisa reemplaza a la luna ausente aquella noche de indias, resuena la música y se apaga a lo lejos con el ritmo de un te amo pronunciado por tus labios que me consumen en un beso...
Desperté con la fría sensación de tu ausencia, aun no me acostumbro a buscar tus pies bajo las cobijas y encontrar el vacío de la muerta soledad. Sueño con tus besos cada noche y siento en mis labios la pesadez de la mentira onírica, la brutalidad de este amor que no tiene medidas choca con el desprecio de tus pasos que se alejan, dejando en mí  huellas, marcándome el alma. Carlos Javier Giraldo Nova Agosto de 2014